¿Cómo trabajan la compresión de imagen y conversión de formato?
Cuando trabajas con imágenes digitales, inevitablemente encuentras con preguntas sobre tamaño de archivo, calidad y formato para usar. ¿Por qué una imagen ocupa tanto espacio? ¿Por qué aveces una imagen se hace grande después de una compresión? ¿Cuándo necesito convertir un archivo en otro formato y que puedo esperar de este proceso? Vamos a descubrir.
Qué afecta el tamaño de archivo de imagen
Imágenes digitales consisten en muchos pixels de colores. Cuanto más pixels están, más detalles hay y más grande el archivo. Aunque, el tamaño de archivo está determinado no solo por el número de pixels, sino también por cómo se almacena los datos. Esto depende del formato y tipo de la compresión usada, porque formatos diferentes y métodos de compresión almacenan la información de imagen en modos diferentes.
Formatos de archivos de imagen y sus diferencias
Hay varios formatos de imagen ampliamente usados y cada uno es diseñado con objetivos diferentes. La forma de que un formato almacena los datos de imagen afecta no solo el tamaño del archivo, sino también la calidad, la transparencia y la compatibilidad con aplicaciones y dispositivos diferentes.
El formato JPEG es un formato más común para las fotografías. Usa la compresión con pérdida, esto significa que unos datos de imagen se eliminan permanentemente para reducir el tamaño del archivo. Habitualmente, los archivos JPEG son pequeños y cargan rápido, es perfecto para compartir las fotos en línea o por correo electrónico. Aunque, JPEG no soporte transparencia, y al guardar una imagen varias veces, la calidad se reduce notablemente.
El formato PNG a veces se usan para gráficos, capturas de pantalla e imágenes que requieren transparencia. PNG utiliza compresión sin pérdida, por lo que conserva todos los detalles de la imagen, incluso después de guardarla varias veces, lo que lo convierte en una opción ideal para logotipos, iconos e imágenes con texto o líneas nítidas. Normalmente, los archivos PNG son más grandes que los JPEG, especialmente para imágenes detalladas o fotográficas, pero mantienen una calidad perfecta.
WEBP es un formato más reciente desarrollado para la web. Puede usar la compresión sin o con pérdida y soporte la transparencia. WEBP a menudo produce archivos más pequeños que PNG o JPEG a los niveles de calidad similares. La mayoría de los navegadores actuales y muchas aplicaciones soportan WEBP, pero es posible que algunos programas más antiguos no lo apoyen.
El formato GIF se utiliza principalmente para animaciones sencillas. Está limitado a 256 colores y solo admite transparencia básica (los píxeles son totalmente transparentes o totalmente opacos). Debido a estas limitaciones, el formato GIF no es adecuado para la mayoría de las fotos o imágenes detalladas, pero sigue siendo popular para animaciones cortas y repetitivas.
El formato TIFF se utiliza en entornos profesionales, como la publicación y el escaneo. Los archivos TIFF pueden ser sin pérdida o no comprimidos, y son muy grandes. Este formato no es práctico para el uso web ni para compartir contenido a diario, pero es valioso para archivar y almacenar imágenes de alta calidad.
HEIC/HEIF son los formatos modernos utilizados por muchos smartphones, especialmente los dispositivos Apple. Ofrecen una compresión eficiente y pueden almacenar varias imágenes en un solo archivo (por ejemplo, fotos en vivo). La desventaja es que la compatibilidad con dispositivos que no son de Apple y software antiguo puede ser limitada para estos formatos.
Cómo funciona la compresión
La compresión es un proceso que reduce el tamaño de imágenes, pero no todos los métodos de compresión son iguales. La técnica utilizada (sin o con pérdida) afecta directamente el tamaño final de un archivo y la calidad de una imagen.
La compresión sin pérdida reduce el tamaño del archivo sin eliminar información de la imagen. Al abrir un archivo comprimido sin pérdida, verás exactamente la misma imagen que antes de la compresión, sin perder ningún detalle. Este método se utiliza en formatos como PNG y algunas configuraciones de TIFF y WEBP. La compresión sin pérdida es necesaria cuando quieres conservar cada píxel, como en el caso de gráficos, logotipos, capturas de pantalla o imágenes que se van a editar varias veces.
La compresión con pérdida logra reducciones mucho mayores en el tamaño del archivo al eliminar permanentemente algunos datos de la imagen. La idea es descartar detalles menos perceptibles para el ojo humano, especialmente en fotografías. JPEG y el modo con pérdida de WEBP utilizan este enfoque. La compresión con pérdidas es excelente para fotos, donde las pequeñas pérdidas son invisibles, pero no es adecuada para imágenes con texto, líneas nítidas o gráficos, ya que puede introducir artefactos visibles como desenfoque o bloques. Además, si se guarda repetidamente una imagen en formato con pérdida, la calidad se degradará con cada vez.
Qué pasa durante la conversión de formato
Convertir una imagen de un formato a otro no es solo un cuestión de cambiar la extensión de archivo. Cada formato almacena los datos de imagen de manera diferente y el proceso de conversión puede tener un impacto notable en el tamaño de un archivo, la calidad de una imagen y funciones soportadas.
Cuando conviertes una imagen, el software lee los datos del archivo original y los escribe en formato nuevo según las reglas de aquel formato. Si mueves entre formatos con capacidades similares (como PNG y WEBP sin pérdida), habitualmente, hay una diferencia pequeña o no visible. Pero al convertir entre formatos que usan métodos de compresión diferentes o soporten funciones diferentes, el resultado puede ser drástico.
Por ejemplo, la conversión de un archivo PNG (formato sin pérdida de calidad que soporte transparencia) a JPEG (con pérdida de calidad y sin transparencia) eliminará las áreas transparentes y podría generar artefactos de compresión. El archivo resultante será más pequeño, pero se perderá la posibilidad de tener un fondo transparente, y los bordes nítidos o el texto podrían quedar ligeramente borrosos.
Por otro lado, convertir un archivo JPEG a PNG no restaura la calidad perdida durante la compresión JPEG. El PNG simplemente almacenará todos los detalles restantes, incluyendo cualquier desenfoque o artefactos introducidos por JPEG, en un archivo más grande. Por eso, convertir JPEG a PNG nunca es recomendable a menos que necesites específicamente añadir transparencia y estés preparado para editar la imagen manualmente. De lo contrario, terminarás con un archivo más grande con un aspecto igual o incluso peor.
Es importante que entiendas que unas conversiones sólo pueden ir de una dirección. Una vez perdida la detalle in on formato con pérdida, no se puede recuperarla al cambiar un formato sin pérdida. De manera similar, la conversión entre formatos con diferente soporte de color o transparencia puede provocar que se descarte o modifique información.
Por qué imágenes se hacen más grandes después de compresión o conversión
Parece lógico que comprimir una imagen siempre reduce el tamaño del archivo. A veces, tras la compresión o la conversión de formato, el archivo resultante es mayor que el original. Puede ser confuso, pero hay las razones claras para esto.
Una situación común es la conversión de un formato con pérdida (como JPEG o WEBP con pérdida) a un formato sin pérdida (como PNG o WEBP sin pérdida). Los formatos con pérdida eliminan una gran cantidad de datos para reducir el tamaño de los archivos. Al guardar una imagen en un formato sin pérdida, el nuevo archivo conserva cada píxel exactamente como aparece, incluso todas las imperfecciones y artefactos de la compresión anterior. Dado que los formatos sin pérdida no eliminan nada, el archivo puede ser mucho más grande, aunque la calidad visual no mejore.
Otra razón es que algunas imágenes ya están muy comprimidas. Si se intenta comprimirlas de nuevo, especialmente con la configuración sin pérdida, el software no puede eliminar muchos datos más. En algunos casos, el nuevo archivo tendrá metadatos adicionales o una estructura menos eficiente, lo que puede aumentar el tamaño del archivo en lugar de reducirlo. Similarmente, la reducción de escala o la edición pueden introducir patrones más complejos o ruido que el algoritmo de compresión tiene más dificultades para reducir eficazmente.
Esto no es un error ni una falla del software; es una consecuencia normal del funcionamiento de los diferentes formatos y métodos de compresión. Si tu objetivo es reducir el tamaño del archivo, siempre ten en cuenta tanto el formato original como el de destino, así como la configuración de compresión elegida.
Cómo elegir un formato correcto
Es que ahora conoces las principales diferencias entre los formatos de imagen y los métodos de compresión, es más fácil decidir qué usar en situaciones específicas.
Si preparas fotos para compartirlas en redes sociales o enviarlas por correo electrónico, JPEG es casi siempre la mejor opción. Reduce el tamaño de los archivos y es compatible con todo el mundo. Simplemente evita editar y guardar repetidamente el mismo JPEG, ya que esto reduce gradualmente la calidad.
Para gráficos de sitios web, íconos de interfaz o imágenes que requieren un fondo transparente, PNG es la opción ideal. Mantiene los bordes nítidos y la transparencia intacta, que es importante para logotipos, botones y capturas de pantalla.
Si tu objetivo es obtener el tamaño de archivo más pequeño posible para la web y sabe que su audiencia usa navegadores modernos, vale la pena considerar WEBP. Permite obtener archivos más pequeños con la misma calidad visual que JPEG o PNG, y admite compresión con y sin pérdida y además de transparencia. Asegúrate de que tu plataforma sea compatible con WEBP antes de convertirlo en tu formato principal.
Si necesitas conservar todos los detalles para futuras ediciones o impresiones de alta calidad, utiliza formatos sin pérdida como PNG o TIFF. Estos formatos son también útiles para archivar originales, incluso si los archivos son más grandes.
Las imágenes animadas son un caso especial. El formato GIF todavía se usa ampliamente para animaciones sencillas, pero para obtener mejor calidad y archivos más pequeños, pero los formatos WEBP animados, o incluso los formatos de vídeo (como MP4), pueden ser preferibles, si son compatibles.
Siempre que conviertas imágenes, recuerda: convertir de un formato con pérdida (como JPEG) a uno sin pérdida (como PNG) no restaura la calidad perdida y generalmente aumenta el tamaño del archivo.
Si no estás seguro, guarda una copia y prueba los formatos y configuraciones diferentes. Compara los resultados visualmente y revise el tamaño de los archivos: es la mejor manera de encontrar la solución adecuada para tu caso.